Disruptiva

La Innovación Disruptiva, por el contrario, implica un cambio profundo en la empresa, por lo que a corto plazo no es rentable ya que suele requerir una fuerte inversión, pero permite adaptarse a las nuevas necesidades y a los cambios en los gustos del consumidor, ofreciéndoles productos o servicios totalmente novedosos. Ejemplos de Innovación Disruptiva han sido, por ejemplo, el cambio de los libros manuscritos a la imprenta, de las películas químicas o los discos de vinilo a los soportes digitales, del teléfono analógico al móvil primero y luego al smartphone, de la máquina de escribir al ordenador, de la leche de vaca a los preparados de soja.

pese a la difícil situación. El 93% de los directivos mundiales asegura que uno de los principales pilares del aumento de su actividad en el próximo quinquenio será el crecimiento orgánico, que supondrá de media el 27% de lo que crezcan sus ingresos. En España este porcentaje se situará en un nivel muy similar: el 25%. En este sentido, los encuestados señalan que la innovación será un aspecto imprescindible para poder alcanzar esos objetivos.

Crecimiento e innovación van de la mano. El 20% de las empresas más innovadoras en todo el mundo experimentará en los próximos años un crecimiento por encima del 62%, mientras que el 20% de las menos innovadoras no superará el 20,7%.

Estos datos están calando en las empresas españolas, que comienzan a darse cuenta de que la innovación puede ser la respuesta para invertir la situación y recuperar la senda del crecimiento. De hecho, de aquí a cinco años, el 100% de las empresas nacionales entrevistadas –en comparación con el 88% mundial– considerará la innovación como un componente importante o muy importante para lograr éxito en su negocio.

Pero, aunque el interés por innovar y por implantar estrategias de innovación (el 79% de las compañías españolas afirma que lo ha hecho de forma satisfactoria) está en auge, el porcentaje de los ingresos que las empresas españolas dedican a innovación continúa siendo todavía muy bajo. Según el estudio, en España sólo 45% de las compañías dedican entre el 1% y el 5% de sus ingresos a innovar, por debajo de países como Alemania (61%) o Francia (54%).

Ante este escenario, las empresas tendrán que afrontar profundos procesos de transformación que les permitan seguir creciendo, pese a la difícil situación. El 93% de los directivos mundiales asegura que uno de los principales pilares del aumento de su actividad en el próximo quinquenio será el crecimiento orgánico, que supondrá de media el 27% de lo que crezcan sus ingresos. En España este porcentaje se situará en un nivel muy similar: el 25%. En este sentido, los encuestados señalan que la innovación será un aspecto imprescindible para poder alcanzar esos objetivos.